
No por eso me negaron, a la vuelta, un sándwich de paleta y queso, un alfajor y una gaseosa. Pregunté qué debía ya que una vez más me sentía en deuda, pero me dijeron que nada. Así dejé atrás muchos prejuicios, que a pesar de que eran mínimos, no dejaban de serlo. Viví una tarde emocionante, rodeado de jóvenes que creen en un país mejor y que valoran los cambios realizados. La plaza se vistió de fiesta, con muchas banderas que a veces se tornaban molestas, pero que con pedir amablemente que las bajaran, alcanzaba para solucionarlo. 700 mil personas que vieron a artistas hacer lo que mejor saben, cantar, bailar, volar.
Un show de fuegos artificiales impresionantes que Malena, una nena de la Villa 31 jamás pensó que iba a ver a pocos metros. El mismo sol que brilló cuarenta años atrás, cuando Héctor Cámpora asumía, volvió a decir presente. También flotaba en el aire una mueca de recuerdo, de nostalgia por ese flaco que ya no está y que también, un 25 de mayo pero de 2003, entraba triunfante a la Casa Rosada. Cristina también lo percibió y no dejó de emocionarse. Las caras de los jóvenes eran de admiración, de aprendizaje y de convicción. Las agrupaciones militantes muestran todo su potencial en este tipo de actos, desafiando distancias y obstáculos, y parecen verdaderas milicias urbanas. Sin embargo el trabajo más grande lo hacen en los barrios, con su gente.
Paradójicamente es el trabajo más grande y menos visible. Ese del que no hablan los diarios. Al menos no recuerdo a algún matutino rosarino destacando a los pibes de Kolina enseñando a leer a un chiquito de República de la Sexta. Pero de eso se trata, de mostrar lo que vende, y lamentablemente, eso no vende. Es más fácil decir que van por la coca y el chori, o el vino, en su defecto, que están pagos, que son negros villeros y que lo único que buscan es provocar violencia. Es mucho más fácil. Pero está bueno hacer este tipo de ejercicio, se los recomiendo. Vale la pena conocer a la gente más allá de los prejuicios, los diarios y la tele. Queda en cada uno decidirse y verlo.
pase Juan, besote
ResponderEliminarGracias por leer Ceci, besos!
ResponderEliminarExcelente, amigo!
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